Las Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús bajo la protección de San José, desde el principio, se caracterizaron por su actividad apostólica animadas por el amor a Cristo y por la pasión educativa por los niños y jóvenes, que es muy propia de la Fundadora Sierva de Dios Lucia Noiret. Antes de llegar a San Carlo, las hermanas estuvieron presentes en Cesena, desde 1898, en la Casita de la Divina Providencia, para responder a la solicitud del Obispo Vespignani para la gestión de la obra piadosa por las huérfanas, fundada en 1874 por el párroco de la Catedral, Mons Luigi Pistocchi y posteriormente confiada a su hermano Canon Giacomo Pistocchi.
La Fundadora Madre Lucía vio aquí un campo de trabajo educativo al servicio de las mujeres jóvenes, en las dos ramas sociales, al que siempre había prestado especial atención:
jóvenes en situación de desventaja, apoyados gratuitamente por los dos hermanos Pistocchi y jóvenes de familias acomodadas que subsidiaban. A las jóvenes se les capacitaba primero en trabajos de mujeres para que sean autónomas en su futuro social y honestas honesto. Como otro segundo punto de la formación fuerte para las jóvenes era de cultivar los estudios literarios, la pintura y la música, para obtener un diploma.
El taller de bordado se hizo muy popular y, con el tiempo, se agregó el taller de tejido. La Esclavas permanecieron en la Ópera hasta 1980. Su presencia en el Cesenate siempre se ha extendido para dar respuesta a necesidades emergentes en diferentes momentos históricos. En Borello entre 1914 y 1921 para la educación cristiana de la juventud, cuando la comunidad parroquial aún estaba en proceso de formación. En San Vittore del 1950 a 1960, dirigieron la escuela materna y una escuela de bordados. A San Carlo llegaron en 1930. En las Crónicas del Instituto leemos que en agosto de 1929 el párroco de San Carlo, Don Pietro Canducci, pidió a las Esclavas de construir un jardín de infancia en su parroquia.
En 1930 la Superiora General Madre Serafina Malaguti, para responder al pedido, decidió comprar la casa actual, con un pequeño campo adjunto. Esta propiedad anteriormente había pertenecido a una de las suyas hermanas, Madre Clementina Gardini, hija del Dr. Gardini, de quien se conserva una placa conmemorativa en la actual iglesia parroquial. El 2 de septiembre de 1930, tres Esclavas iniciaron la actividad con los niños del pueblo, de la localidad, en ese momento era limitado por insuficiencia de medios. Hasta en junio de 1931, tras los trabajos de ampliación y adaptación, las hermanas pudieron trasladar el trabajo educativo en la nueva casa, el Asilo que inmediatamente funcionó con resultados satisfactorios, para obtener una ayuda especial en cuanto a la dirección Didáctica de Cesena en obra de asistencia social la cual consiste en la asignación de administrar la sopa a 66 niños pobres de la parroquia. Este trabajo fue confiado a las hermanas aunque en los años siguientes hubo aumento de beneficencia. Posteriormente, el jardín de infancia, cada vez más iba floreciendo, se destaco entre los jardines de infancia «modelo» y en varias ocasiones el Inspector Didáctico fue a San Carlo con los maestros de Cesena para asistir alegremente a las lecciones de las hermanas a los más pequeños. Desde sus inicios, la Obra resultó ser muy útil y muy apreciada por el servicio que las hermanas realizan a nivel educativo y moral a favor de losniños.
Contemporáneamente al jardín de la infancia, se abrió un laboratorio de taller de costura, bordado y encajes al que acudieron gran cantidad de niñas y jóvenes de la parroquia y zonas vecinas de San Vittore, Borello, Rover-Sano, San Mamante. A lo largo de los años, las hermanas han realizado muchos cambios, incluso en la estructura del edificio de la escuela, para intentar dar respuesta a las necesidades de cada momento histórico.
Las hermanas estan presentes hoy en San Carlo en la actual Jardín de Infantes «Bambino Gesù», con alegría y gratitud, pueden decir que el tiempo no es solo un lapso de días y años, sino que es siempre un momento de «gracia», un lugar en el que él Señor se manifiesta presentándose como aquel que viene a encontrarte, él que te cuida, te ama de corazón, el que está presente en las dificultades, te apoya y anima en tu camino. En la actualidad la comunidad está formada por tres hermanas una Italiana y dos del país de
Guatemala. La comunidad realizan su compromiso de misión apostólica de la siguienteforma: colaboran de lunes a viernes en el servicio de reforzamiento escolar con los adolescente dirigido por la parroquia. En coordinación con la parroquia, apoyan en la caritas diocesana en el área de escucha, a San Vittore forman parte del equipo para la distribución de alimentos a las familias. En la parroquia colaboran en la distribución de la bolsas de alimentos que trae la Cruz Roja para las familias necesitadas de la parroquia,
Así mismo imparten la comunión Eucaristía todos los días en la misas, llevan la comunión a los enfermos y ancianos, imparten catequesis los sábados, colaboran dentro de nuestra misma escuela con los laicos que allí trabajan. Es un espacio donde muchas personas de buena voluntad comparten generosamente con las hermanas.